Cuando la locura es tan grande como para expresarla

Quiero una vida contigo, no de esas que se hablan y se le cuentan a todos los de tu al rededor, quiero la que se juega día tras día: sonriendo y llorando. Quiero una vida en la que estés a mi lado y sepas cada gesto que hago que significa, que los silencios y tonos de voz los dominas muy bien. Quiero eso por lo que las personas apuestan, pero que en esta ocasión apostar sea mutuo y no solo una de las personas ponga todo sobre la mesa. Quiero estar a tu lado y sentirte, aunque la distancia nos separe cada vez más y más. Quiero una vida contigo, de esas en las que luchas por estar a mi lado y me demuestras que ha valido la pena la espera. Quiero una vida contigo llena de historias, no solo una banca como lo tienes planeado en tus cabeza. Quiero que el tiempo se detenga, dónde solo seamos tú y yo, dónde no hay a quien a dar la explicación de nada. Quiero que me robes el aliento y que las lágrimas sean por reírme a tú lado, donde las carcajadas sean más sexys verlas que esc

Gracias por demostrarme por que NO vales la pena. Gracias por hacerme entender que no valía la pena mentir a cada una de tus preguntas. Y es que por más que me esforzaba había cosas que eran grandes focos rojos y sin embargo los pasaba por alto, no me di cuenta hasta donde me estabas usando. Me hacia feliz estar a tú lado, creí que tenía ¡por fin! alguien que se preocupaba por mi. Así que di todo lo que nunca hago, por que por primera vez creí que así no me equivocaría, cedí en cosas que jamás imagine por tratar de hacerte feliz y retenerte a mi lado. Que mala estrategia la mía, debí de darme cuenta que lo último que tú querías era estar a mi lado. Gracias por hacerme entender que la frase "Mi amor" es exclusiva para al que si se lo merece. Gracias por alejarme de ti de la manera más cruel, por que así me di cuenta que hay personas que están dispuestas a venir a verme de otras ciudades; cuando tú ni siquiera quieres salir de tu casa. Por que hoy entiendo que

Una historia aparecía cada vez que lo miraba, encantador con su manera de hablar y de moverse era como ella solo imaginaba mientras su corazón se aceleraba; al principio eran solo pensamientos tranquilos pero conforme pasaba el tiempo todo cambiaba. Simplemente no podía mantenerse concentrada, no podía creer lo que todo su ser estaba sintiendo dentro todo su cuerpo se empezaba a retorcer así como lo hacía su mente. Era esa voz encantadora la que la podía ir transformando y en bastante tiempo todos sus pensamientos comenzaron a ser íntimamente sexuales; eso que no se piensa tan seguido, sobre todo a horas familiares. En algún momento pensó en bloquear su encantadora voz para poder sostenerle la mirada, no pudo, en ese momento observo sus manos e imagino todo lo que podía hacerle con ellas y sin querer las sintió entre sus piernas y fue así como todo se convirtió en lo que sería estar con él en la cama. Llegó el punto en el que no podía seguirle la conversación, ella solo

Ella lo decidió, tenía la opción de tomar sus maletas e irse o seguir luchando por algo intangible. Tenía todas las ganas de estar con él pero al final entendió que él no quería más que sexo. Ella en algún momento apostó por él, cuando sabía que todo lo podía perder lo siguió haciendo. Él sin embargo no creyó que se fuera a ir, sintió que todo estaba bien. Ella lo decidió, empacó sus cosas en silencio durante días fue sacando todo de la casa. Durante semanas creyó que todo podía mejorar, un día comprendió que era importante valorarse y fue ahí cuando todo se tranquilizó. Ella lo decidió de principió a fin de la relación. Él solo se quedo dormido en sus laureles, en el momento que despertó ella ya no estaba en casa.