Y sin temor.
Y sin temor comenzaron a coquetearse, para una de ellas era normal, para la otra era un experimento ya que jamás había estado con otra mujer.
En un principio fueron miradas furtivas una llevaba ventaja sobre la otra, la otra sentía como su corazón se aceleraba y comenzaba a sudar de todas partes de su ser.
Eran sus parejas las que las habían puesto en esa situación, sabían de su existencia pero nunca habían estado en el mismo espacio, hablaban poco pero se veían mucho sin comprender lo que su cuerpo sentía.
Ellos veían pero no comprendían, seguían en su momento de amistad creyendo que sus novias se caerían bien y podrían tener una buena relación como la de ellos; sin embargo todo iba a cambiar en el momento en el que comenzaron a frotar sus piernas por debajo de mesa.
Y aunque todo se lee trillado como una historia normal, nada de esto tiene algo de normalidad, una sabía lo que hacía la otra experimentaba sensaciones inimaginables e impensables de todo lo que estaba sucediendo.
A pesar de que toda su vida había querido experimentarlo, no creía que era el momento ni imaginaba que en ese momento fuera a tener pareja, no sabía como reaccionar al respecto ni que esperar. Todo era confuso.
"Solo quería que me besara en ese momento y no sabía cuanto tiempo esperar".
Así fue, solo fueron coqueteos y nada más, por más calor que sintiera en su cuerpo nada pasaría entre ellas dos; por que sin temor las cosas surgirían después de muchos encuentros donde para ella sería confuso ante los desplantes y coqueteos sin parar, la otra tenía todas la de ganar y llevaba la fantasía hacia donde más se le antojaba llevarlo.
Sería así por mucho tiempo...
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