Ni puta, ni santa

  

Vivimos en una era en la que comenzamos a experimentar sexualmente tanto en pareja como en soledad, donde nos acostumbramos a sentir y a entender lo que nuestro cuerpo quiere sin necesidad de estar con una sola pareja. 

Donde la palabra "puta" esta tan desvirtuada que no sabes si es un alago o te están recriminado tus parejas sexuales. 

Si hablas  con mujeres de diferentes edades todas te dirán que el darle vuelo a la hilacha les ha ayudado a conocerse y saber qué es lo que le gusta, jamás se sienten ofendidas por haber estado con muchos y en general todas dicen "han sido pocos". 

Sin embargo, vivimos en una sociedad que te juzga con la mirada y con palabras por hacerlo, pero si no lo haces eres una mojigata apretada que se reprime sexualmente. 

Dónde los hombres pueden tener miles de parejas sexuales y saberlo hacer, saber que les gusta a las mujeres y volverte loca cuando lo hacen, pero las mujeres tienen que reprimir desde el deseo para que no la juzguen de fácil. 

No somos ni putas, ni santas por haber haber experimentado, por haber tenido muchas o pocas parejas sexuales, por saber lo que nos gusta. 

Somos la mujer que más vas a desear tener, por que te va a pedir y te va a dar como te gusta, y como lo quieres. 

Somos la mujer que no se ha limitado en saber qué es lo que le gusta, la que tiene condones en su habitación por que muy probablemente le han tocado hombres que saben a que van y no traen uno con ellos o simplemente no se lo han querido poner. 

Si vas a juzgar a la mujer por su comportamiento sexual, recuerda que tú antes de ella también estuviste con varias y que eso te hace estar en la misma posición que ella.