Una banca

Una banca para recordar es lo que tengo, una banca la que nos vio por una tarde en París amarnos sonteniendonos de la mano, abrazados deteniendo el tiempo. 

Fue un día mágico como si nuestra vida se convirtiera en una película rodada en la ciudad del amor, conocerte en un museo y tú platicador en otro idioma sin importarnos que no habláramos el mismo.

Fue sonreírnos desde el primer momento como si nos conociéramos de toda la vida, sin embargo no lo era, caminar a lugares desconocidos por un turista hasta llegar a un café y platicar cómo dos grandes amigos. 

Fue pensar en algún momento que era necesario aprender francés, aunque el inglés era lo nuestro. 

Caminar hacia el río Sena y meternos por un callejón a que viera lugares mágicos donde solo el parisino conoce. Aferrarme a caminar desde lo lejos por Trocaderos hasta llegar a Champs Elise tomada de tu mano riendo a carcajadas por el mágico momento. 

Una banca de recuerdo, la cual seguramente han visto más historias  como las nuestras, es lo que tenemos. 

Una tarde en París, fresca, es lo que  hace recordar con gran encanto el Arco del Triunfo.

Por siempre tendremos París.... 

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